Luz y Verdad
Chincha, cuna de campeones y tierra de fe, se enorgullece en albergar a una institución que por más de seis décadas ha sido faro de luz y verdad para la niñez y juventud: el Colegio Reina del Santísimo Rosario. Con un legado forjado en la excelencia académica y los valores cristianos, extendemos una cálida bienvenida a todas las familias que buscan una formación integral y humanista para sus hijos.
Fundado el 28 de junio de 1959 por la abnegada labor de las Madres Dominicas, nuestro colegio ha crecido a la par de la provincia, consolidándose como un referente de la educación en la región. Desde nuestros humildes inicios en la calle Grau hasta nuestro moderno local en la Panamericana Sur, hemos mantenido inquebrantable nuestro compromiso: «Predicar la Verdad y portar la Luz de Cristo».
En el «Reina», como cariñosamente nos conocen, cada estudiante es el centro de nuestro quecer educativo. Fomentamos un modelo activo que les permite no solo contemplar su realidad, sino también ser protagonistas de su propio aprendizaje, promoviendo una convivencia fraterna donde priman el respeto mutuo y la valoración del ser. Nuestra propuesta pedagógica, cimentada en los principios dominicos y las directrices del Ministerio de Educación, busca formar no solo mentes brillantes, sino también corazones nobles y espíritus comprometidos con su comunidad.
La confianza depositada por generaciones de padres de familia de Chincha y de otras provincias vecinas es nuestro mayor orgullo y nos impulsa a seguir innovando. Contamos con herramientas tecnológicas como nuestras plataformas Cubicol y SieWeb que facilitan la comunicación y el seguimiento académico, tendiendo un puente sólido entre el hogar y la escuela.
Al abrirles las puertas de nuestra casa de estudios, les invitamos a ser parte de una comunidad educativa que celebra la vida, promueve el conocimiento y cultiva la fe. En el Colegio Reina del Santísimo Rosario, sus hijos no solo encontrarán una educación de calidad, sino también un segundo hogar donde crecerán en sabiduría, gracia y valores, listos para ser los ciudadanos prominentes y de relevantes méritos que nuestra sociedad necesita.
¡Bienvenidos a la familia rosarina! Juntos, iluminaremos el camino de las futuras generaciones.




